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Vino Blanco Ribera del Duero
La Ribera del Duero es una región con una larga tradición en la cultura del Vino blanco Ribera del Duero. Entre las variedades de uva que se cultivan en la zona, destaca la Albillo Mayor, una referencia histórica que se remonta a la Edad Media y que durante mucho tiempo ha sido considerada complementaria en la elaboración de caldos.
Una uva complementaria pero imprescindible
Hablamos de una uva que se ha empleado para la producción de rosados y claretes, además de tintos. Su papel en la elaboración de vinos ha sido importante, pero secundario en beneficio de la tempranillo, emblemática de la región.
Sin embargo, en los últimos años, los viticultores de la Ribera del Duero se han posicionado por la Albillo Mayor y han mostrado que esta variedad tiene mucho que ofrecer. De hecho, existen viñas centenarias que conviven con las viñas de tempranillo.
En nuestras bodegas tenemos varios ejemplos de la calidad del vino que puede ofrecer esta variedad, como el Viña Valera Albillo, un vino intenso y limpio, con aromas a flores y toques minerales, o el Albillo Ricardo Dumas, con mucha estructura en boca y cierta acidez.
Características de una variedad en crecimiento
Este fruto ofrece muchos matices interesantes que hacen que estemos ante vinos elegantes y aromáticos, con una acidez equilibrada y una buena estructura.
Estos elixires destacan por su frescura y su sabor afrutado, lo que los convierte en una opción perfecta para maridar con platos de pescado, marisco y verduras.
Una variedad versátil para vinos de guarda
En los últimos años, algunos enólogos se han dado cuenta del potencial de esta uva y han empezado a elaborar caldos blancos de alta gama con Albillo Mayor de Ribera del Duero. Según ellos, esta variedad es muy versátil y está especialmente diseñada para producir vinos de guarda con una gran personalidad y un gran potencial de envejecimiento.
Los expertos lo describen como un fruto difícil y complicado en su primera interacción, pero una vez que se trabaja bien, se muestra generosa y versátil. Tiene una personalidad propia y es muy delicada, por lo que requiere de una atención especial en todo momento. La vendimia debe hacerse en el momento preciso, ya que cualquier descuido puede afectar negativamente el resultado final.
A pesar de ser una uva blanca, su comportamiento es como el de una tinta, lo que significa que el proceso de elaboración de los vinos blancos es similar al de los tintos. Requiere de una maceración prolongada para extraer todo su potencial aromático y una crianza en barricas de roble para adquirir una gran complejidad y profundidad.
En definitiva, es una variedad de uva con mucho potencial para la elaboración de vinos blancos, como el vino Albillo de alta calidad en la Ribera del Duero. Aunque su cultivo y elaboración son exigentes, el resultado final es excepcional y merece la pena comprar vino blanco de primera calidad. En este sentido, el Vino blanco Ribera del Duero es un elixir para los paladares más refinados que no puede faltar en la mesa de los amantes del buen beber.
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